jueves, 30 de agosto de 2012
Las mariposas y el tiempo.
miércoles, 18 de julio de 2012
Amores prohibidos.
donde el mundo rompa sus reglas y los jueces no existan.
Piérdete conmigo en un oscuro rincón de un bosque,
donde no haya pisado nunca el ser humano.
Llévame a la montaña mas alta
y cógeme de la mano para disipar mis miedos.
Abrázame y deja que el tiempo se pare,
como si el futuro no nos importara, y el mañana fuera hoy.
Déjame susurrarte al oído palabras prohibidas,
que inventaré esa noche para ti.
Sueña jardines como mares de hierba,
donde pueda tumbarme a mirar las estrellas contigo.
Bésame… como si nadie nos viera.
Javitxu. Julio/2012
miércoles, 11 de julio de 2012
La aleación Z.
Quizá es por el caparazón que hay en su exterior, tejido lentamente y con esmero, hecho de aleación Z (como Mazinger).
Lo que hay dentro no es nada espectacular, ni tampoco especial, pero es lo único que tengo. Podría decir que de una manera romántica hendieron en su interior 20 puñales personas terribles que no merecían mi amor, pero la vida es menos retorcida que los guiones de telenovela. Simplemente tropecé 20 veces por no saber caminar.
Cuando tienes facilidad para tropezar, tienes varias alternativas para evitar daños. Una de ellas sería quedarte quieto, pero la vida pasa a tu alrededor y te aburres de las 4 paredes que te rodean. Otra sería insensibilizarlo al dolor, pero el daño sigue existiendo tras los golpes (aunque no duelan). Y por último, tienes la opción de protegerlo con una capa del famoso metal inventado hace 30 años por el profesor Kabuto, la aleación Z). Dicha aleación es jodidamente resistente a todos los golpes, aunque por desgracia también lo aísla de sentir.
Me gusta caminar con mi nuevo caparazón, es ligero y resistente. Mis rodillas están amoratadas, pero el cuore sigue intacto, latiendo y a salvo de miradas indiscretas.
Sólo cuando sea capaz de dar varios pasos sin tropezar, manteniendo el equilibrio y disfrutando del paseo, dejaré ese caparazón en casa, pues ya sabes, lo que hay dentro no es nada impresionante… pero es lo único que tengo...
10/07/12 - Javitxu.
jueves, 28 de junio de 2012
El final del camino.
Esa sensación he tenido hoy cuando me ha visitado un amigo al que le detectaron un tumor hace unos pocos meses, y que está recibiendo quimioterapia.
Quizá no sea la mejor persona del mundo, ni tampoco el mejor amigo que yo haya tenido, pero cuando le he visto la cara, y cómo se le ha quedado el cuerpo, se me ha encogido el corazón.
Me hablaba muy rápido, intentando contagiarme su entusiasmo… intentando convencerme de que su caso tenía un 90% de posibilidades de curarse, y en sus ojos sin embargo leía la desesperación de quien sabe que probablemente le queden unos pocos putos meses de vida…
Son pocos, y son putos, porque se los va a pasar luchando, sufriendo... y las personas de su entorno le acompañarán en ese final de trayecto sintiendo rabia, pena, compasión, impotencia…
Se le escapa la vida, y lo sabe. Cuantas cosas echará de menos no haber hecho ?, y cuantas cosas se arrepentirá de haber hecho… y sin embargo ya no tiene solución, su tiempo expira y los “ojala hubiera…” ya no le sirven de mucho.
Pero a mi si me sirven. No tengo ni puta idea de cuanto tiempo voy a tener la salud que tengo, ni tampoco si un día estaré en su misma situación, pero no pienso quedarme con los brazos cruzados mirando pasar la vida, sin exprimirla cada segundo.
Voy a querer, a reír, a disfrutar, a arriesgarme,a sentir, hacer todos los “me gustaría…” sin dejarme ni uno solo por experimentar, ni dar explicaciones a nadie… pienso vivir.
Disfrutar de cada persona que pase a mi lado, si puede aportarme tan siquiera una sonrisa, y enviar a tomar por culo a toda aquella que me cause el más mínimo malestar.
Quiero que cuando vislumbre el final de mi camino, hacerlo con una sonrisa en la boca y pensar “Joder, que bien he vivido”
Javitxu. 27/Jun/2012.
viernes, 22 de junio de 2012
PREJUICIO DE RETROSPECTIVA.
Esos mismos prejuicios, fueron los que en el pasado me avisaron de que aquello no iba a salir bien. Estaba clarito, mi cabeza me lo decía, y sin embargo.. algo un poco mas abajo se empeñaba en pensar por su cuenta, y tomar decisiones de una manera egoísta y sin tener en cuenta al resto de mi anatomía.
No hablo de la polla (que también tiene su papel primordial en estas lides), sino del puñetero corazón, que nadie le pidió opinión, y sin embargo se empeña en manejar el timón, como si todo el cuerpo le perteneciera.
Una vez tomada la decisión, te empeñas en seguir adelante (puto corazón, que siempre hay que hacer lo que tu digas), y afrontas con toda la entereza que te queda, esa nueva faceta de tu vida. El tiempo pasa y el primero que se queja, es el que toma las decisiones… no le llega la retroalimentación. Vaya por dios, te das cuenta de que la has cagado ?
Las ausencias se vuelven dolorosas, y el que toma las decisiones sufre lo indecible, por su mala (cabeza¿?).
Al fin después de un tiempo en el que nada tenía sentido, decides poner punto final, a tamaño despropósito, y es cuando te das cuenta de que hay que pagar la factura… sentimientos que se han generado y que están castigando al que inició esta aventura como si fueran alfileres al rojo vivo.
Llega el momento de hacer balance, y entonces te planteas si valió la pena… mi cabeza ahora dice que si, porque la experiencia adquirida es algo valioso, pero el puto indiana jones vestido de logo de san valentin, es el que paga los platos rotos y saca la visa, la cual deja a cero.
Si algo he aprendido de este absurdo viaje, es que cuando algo pinta en bastos, no termina siendo oros.
Javitxu. 22/Jun/2012
jueves, 14 de junio de 2012
La felicidad.
miércoles, 13 de junio de 2012
Universos
viernes, 4 de mayo de 2012
El libro en el banco.
Su mirada denotaba nostalgia y su sonrisa me indicaba que en su cabeza desperté algún sentimiento no buscado.
- Puedo hacer algo por usted ? -Dije mientras cerraba el libro con el dedo índice haciendo de marcador.
- Paco era como tú, cuando lo conocí. -Me dijo con voz suave, mientras tragaba saliva.
Dejé el libro en el banco y me levanté, para invitarla a sentarse a mi lado. La mujer apenas podía contener la emoción y me miraba con una mezcla de alegría y tristeza.
- Que le ocurrió a Paco ? -Pregunté, con la mayor delicadeza que pude.
- Hace años que me dejó, por culpa de una enfermedad. -Me dijo mientras observaba incrédula mis ojos.
- Puedo? - Me dijo mientras me puso una mano en la mejilla.
- Claro -le respondí mientras yo estrechaba su otra mano entre las mías.
- Él tenía la piel suave como tú, cuando era joven. -Me dijo mientras seguía acariciándome la mejilla.
Entonces me contó como habían vivido durante casi 50 años juntos. Cómo le acariciaba el pelo todas las noches hasta que se dormía, y cómo la besaba en los labios cada día al despertar. Años en los que jamás le dijo una palabra mas alta que otra. Años en los que nunca le faltó el respeto. Años en los que le enseñó lo que significaba la felicidad.
La tarde languidecía, y la mujer me contaba con una sonrisa en la cara y lágrimas en los ojos, como había sido su compañero hasta que la enfermedad se lo llevó, sin apenas tiempo para despedirse .
Sin mediar palabra la estreché entre mis brazos, y acari su cabeza apoyada en mi hombro. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, pero la paz que sentíamos era compartida.
Le cogí la cara entre mis manos y besé suavemente sus arrugados labios. Ella cerró los ojos y se transportó a una época de donde jamás querría haberse movido.
Se hizo tarde y la acompañe a donde ella vivía. Me cogió las manos y me agradeció haberla hecho revivir aquellos momentos.
La dejé en su portal, y me fui a mi casa, con las manos frías, y el corazón caliente.
viernes, 27 de abril de 2012
Mil veces.
y conocer los ojos que relegarán los tuyos al olvido.
Mil veces sentirme entre abrazos,
y mil besos que arrastren tu recuerdo.
Conocer mil corazones que me amen,
y olvidarlos quizá otras mil veces.
Mil montañas rusas elevando mi alma,
y que mi corazón pierda su latido otras tantas.
Quizá desgaste tanto mi capacidad de querer,
que mil veces moriré... hasta que al final mil veces te olvide.
martes, 24 de abril de 2012
Crónicas del 3012
viernes, 10 de febrero de 2012
La magia del olvido.
Tenía el poder de hacer olvidar. En pleno siglo de tecnología no existía sitio para la nostalgia, ni para la magia, pero él nació con ese don.
Desde pequeño hizo uso de él, buscando siempre obtener beneficio. Su deudores se olvidaban de las deudas, sus profesores de su comportamiento, y hasta aquel perro al que tiró piedras, logró engañar con su virtud secreta.
Construyó grandes cosas, y consiguió la vida que quiso, gracias a usarlo cada vez con mas sabiduría.
Hoy no iba a ser un día normal, se había levantado con el firme propósito de enmendar un error.
Se acercó a ella y la observó como dormía, hoy estaba mas guapa que de costumbre. La besó en la frente y con tristeza pronunció las palabras que le devolverían la felicidad.
Él sin embargo, jamás la olvidaría.
lunes, 6 de febrero de 2012
Microrelato: El mar, las olas, y la vida.
Joder como picaba aquel día el sol en la playa !!
La novela estaba interesante, pero mi nivel de alcohol en sangre había bajado notablemente, y necesitaba un chute de ron que reanimara mi espíritu.
Me levanté de la toalla y mientras me sacudía la arena del cuerpo, divisé una rubita que no me quitaba el ojo de encima (¿o estaría mirando al cachas de la toalla de al lado?). Un rumor a lo lejos, apartó mis pensamientos de tamaña incógnita, y me hizo entrecerrar un poco los ojos intentando divisar en el horizonte, el origen de aquel ruido sordo y molesto. Después de un par de minutos de infructuosa búsqueda, decidí dirigir mis pasos a aquel barecito al lado del hotel, donde mis penas se ahogaban entre Mojitos y música local.
Apenas había andado unos cuantos metros, y el ruido se hacía cada vez mas evidente y molesto. El sobresalto de unos chicos señalando el mar, me hizo girarme y comprender lo que estaba apunto de acontecer. Aquella ola era demasiado grande para ser real, ¿acaso estaba soñando?, los gritos de la gente me hicieron comprender que aquello no era un sueño.
Corrí !! corrí como alma que lleva el diablo, y mas rápido todavía si cabe. La adrenalina recorría mi cuerpo y el caos se desataba por segundos. Cuando el rugido era casi ensordecedor, comprendí que no había nada que hacer, posiblemente estaba apunto de morir. No me di cuenta de como ocurrió, sólo sé que estaba dando vueltas y mas vueltas sin saber donde estaba el fondo y donde estaría el aire que mis pulmones me reclamaban a gritos. Una bocanada de aire, me devolvió otra vez la consciencia que estaba perdiendo por momentos, estaba flotando arrastrado por cientos de objetos diversos a mi alrededor. Una sombrilla pasó a mi lado y estuvo apunto de alojarse "amablemente" entre mis cejas.
Aquello parecía el pueblo, reconocía el hotel a lo lejos y las calles por las que paseaba hace unos días tambaleándome, ahora estaban totalmente cubiertas de agua. Me aferré fuertemente a la repisa de un balcón y escalé como pude, dejando abajo el torrente destructor del líquido elemento.
Apenas podía respirar por la agitación y de repente vi aquella niña arrastrada por la corriente. Quizá tendría 3 o 4 años de edad y se mantenía a flote en una madera que iba a pasar muy cerca de mi lado.
No lo dudé, con una mano me sujeté firmemente a la barandilla, y con la otra agarré su brazo como si se lo fuera a arrancar. La niña me miraba con cara de terror y no dejaba de llorar. Como pude la subí a la barandilla y la puse a mi lado, ella se aferró fuertemente a mi cuello como si le fuera la vida en ello.
Al cabo de unos minutos aflojó un poco los brazos y me miró. En aquellos ojos volví a encontrar aquello que perdí años atrás y que dejó mi vida absurdamente vacía. Me besó en la mejilla y se aferró de nuevo a mi cuello.
Es curioso, pero aquella mañana el caos, me devolvió las ganas de vivir.
viernes, 27 de enero de 2012
Olor a vainilla.
Naufrago en mi cama,
isla de satén azul, y sueños febriles,
donde el recuerdo de tu olor a vainilla,
persiste entre mis sábanas.
Sábanas que guardan entre sus pliegues,
recuerdos de unos ojos deseando decir,
lo que tu boca perpetúa en su silencio.
Silencio cuyas olas van convirtiendo en arena,
las rocas en las que cincelé mis sueños baldíos.
Sueños baldíos, con olor a vainilla.