viernes, 27 de enero de 2012

Olor a vainilla.

Naufrago en mi cama,

isla de satén azul, y sueños febriles,

donde el recuerdo de tu olor a vainilla,

persiste entre mis sábanas.


Sábanas que guardan entre sus pliegues,

recuerdos de unos ojos deseando decir,

lo que tu boca perpetúa en su silencio.


Silencio cuyas olas van convirtiendo en arena,

las rocas en las que cincelé mis sueños baldíos.


Sueños baldíos, con olor a vainilla.