Tenía el poder de hacer olvidar. En pleno siglo de tecnología no existía sitio para la nostalgia, ni para la magia, pero él nació con ese don.
Desde pequeño hizo uso de él, buscando siempre obtener beneficio. Su deudores se olvidaban de las deudas, sus profesores de su comportamiento, y hasta aquel perro al que tiró piedras, logró engañar con su virtud secreta.
Construyó grandes cosas, y consiguió la vida que quiso, gracias a usarlo cada vez con mas sabiduría.
Hoy no iba a ser un día normal, se había levantado con el firme propósito de enmendar un error.
Se acercó a ella y la observó como dormía, hoy estaba mas guapa que de costumbre. La besó en la frente y con tristeza pronunció las palabras que le devolverían la felicidad.
Él sin embargo, jamás la olvidaría.